La escasez de educación es el detonante de todos los fracasos y penurias del ser humano.¿Por qué seguir permitiendo que las élites solo inviertan en una Educación originaria a finales del siglo XVIII?¿No es acaso pura obsolescencia educativa? Probablemente sí,pero la posibilidad de manipulación y control es mucho mayor.Teniendo un sistema que nos evada de la cárcel en la que siempre nos hemos encontrado desde que somos unos párvulos podría edificar una sociedad de valores con una capacidad crítica que pueda hacer frente a los obstáculos que la vida nos irá brindando.En lugar de ello lo que tenemos son una amplia mayoría de profesores que aplicando la ley del mínimo esfuerzo son cómplices del fomento de la competitividad y el aislamiento comunicativo que causará verdaderos estragos en el desarrollo cognoscitivo y ético de los alumnos.De hecho,podríamos incluso vislumbrar elementos reveladores desde una perspectiva kinésica que ponen de manifiesto la distinción de estatus que se hace entre el profesor y entre los propios alumnos: una tarima que está ligeramente elevada mientras que unos alumnos están subordinados a su dictado y a no poder relacionarse entre ellos,pues de lo contrario,serían castigados.Y sin embargo,aún hay profesores que tienen la desfachatez de decir que enarbolan la defensa de la Educación ante todo cuando de hecho,infringen la ley más universal que se tiene para la adquisición del conocimiento: el Diálogo Socrático y la necesidad de él para sacar el saber desde lo más profundo de nuestra identidad.
Como bien postulaban Piaget y Vygotsky y gracias a su contribución al Constructivismo Pedagógico,se dice que a los alumnos se les puede proporcionar las herramientas necesarias para que éstos las utilicen en la medida que su pasión por cierta disciplina se las requiera.Por ejemplo,es más que obvio que todos no seremos capaces de tener una mentalidad sistemática para resolver un problema matemático ni la sensibilidad suficiente como para comprender y transmitir el sentimiento de un poema.Pero realmente esto es lo que pretenden humildemente representar las diversas metodologías desarrolladas durante el S.XX como puede ser la del Método Montessori,Pedagogía Waldorf,percibir la esencia de cada ámbito del conocimiento que a ti te suscite interés mediante la concesión al alumno de ciertas máximas pedagógicas que puedan contener un procedimiento basado en la cooperación y la comunicación así confinando la memorización para siempre y promoviendo la enseñanza con un aprendizaje significativo por medio de uno mismo.
Gracias a esta diversidad,podríamos discernir si verdaderamente las mayores lacras de la sociedad como la intolerancia,el maltrato de género,el acoso escolar y otros diversos fenómenos que denigran la integridad humana se difunden o no mediante un sistema educativo autoritario y simplista de hace casi tres siglos.La prueba se remite a la cantidad de casos de suicidios de adolescentes de los que desgraciadamente tenemos que ser testigos por culpa de un sistema que solo tiene el propósito de infundir prejuicios,incomunicación,intolerancia,competitividad y el pensamiento único para poder así permitir a la muchedumbre adaptarse mejor conforme a las directrices sociales de obediencia y disciplina.Esto no solo sucede por la desconexión que supone este sistema vigente con las reales inquietudes humanas,sino también por la pasividad de parte de una gran cantidad de docentes que tienen como incentivo vital simplemente cobrar su sueldo mensual y desentenderse de si su trabajo(que es uno de los más relevantes y que más responsabilidad requiere para la mejora de nuestra sociedad) está siendo realizado de manera correcta.
Sin ninguna duda,corren unos tiempos de mediocridad en el que se exhorta de manera subliminal a repeler la lectura y el libre pensamiento y a supeditarse a elementos banales como la televisión que son armas de desinformación masiva y de incultura en rasgos generales,pero tenemos la esperanza de que de esas excepciones que tanto desprestigia la sociedad son por las que podemos seguir avanzando hacia un lugar donde vivir que sea capaz de curar su grave enfermedad.